La naturaleza es uno de los elementos más importantes con los que cuenta tanto la arquitectura como el urbanismo. Afortunadamente, en los últimos tiempos parece que, por fin, se le está concediendo el protagonismo que se merece y en ambas disciplinas se imponen los proyectos que priorizan la naturaleza, respetando sus exigencias y también sacándole el máximo partido para conseguir resultados más bonitos pero también más respetuosos con el medioambiente.

Es obvio que el paisajismo ha cambiado notablemente en los últimos años y hoy en día su aportación es crucial para crear viviendas y ciudades en las que los espacios verdes estén presentes de manera muy meditada. Por eso hemos consultado a los expertos de Paisajismo Pia sobre las nuevas claves de su actividad y cómo debemos entenderla en la actualidad. Esto es lo que nos han contado.

El paisajismo y el diseño de espacios exteriores

En primer lugar, es necesario dejar claro que el paisajismo incluye muchas actividades como la planificación, la gestión, el diseño, la conservación y la rehabilitación de espacios exteriores para que, además de convertirse en un recurso estético, sean herramientas esenciales para la conservación medioambiental.

Como nos dicen los profesionales de esta empresa, esta disciplina ha adquirido una mayor relevancia en los últimos años y su papel va más allá de conseguir que un jardín sea bonito o que un parque resulte más estético a ojos de los usuarios: busca crear espacios verdes sostenibles, que aporten algo más y mejoren el entorno en el que están.

Y ¿cuáles son las claves del paisajismo actual?

1.- Está más presente en proyectos que se conciben como un todo:

Si bien antes el diseño de la vivienda iba por un lado y el diseño de jardines por otro, hoy resulta imposible concebir un proyecto residencial sin abordar ambas dimensiones como un todo. Y cuando se introducen cambios urbanísticos pasa exactamente lo mismo: el proyecto se plantea como un todo que debe incluir los espacios verdes, sin que estos sean añadidos posteriores y se encajen donde buenamente se pueda.

Por eso ahora el paisajismo no es algo que venga “después” sino que participa activamente desde que se inicia un proyecto de este tipo. Solo así es posible conseguir que ambos planos, el arquitectónico/urbanístico y el del paisaje, se realcen mutuamente y se obtenga el máximo partido desde el punto de vista estético y funcional.

2.- Usa materiales sostenibles:

A la hora de realizar un proyecto paisajístico es prioritario incluir materiales sostenibles y reciclados que permitan minimizar los efectos de otros materiales más dañinos.

Atrás ha quedado el uso de materiales como el hormigón o el plástico que, además de no integrarse de forma tan natural, resultaban perjudiciales para el entorno. Hoy el paisajismo cuida mucho este aspecto y apuesta por materiales sostenibles y naturales.

También procura usar energías renovables que incluyan desde paneles solares a luces LED o sistemas de riego inteligentes. De esta forma, se pueden diseñar jardines o crear parques en las ciudades mucho más respetuosos, una cualidad que se da por hecho que tienen estos espacios pero que se debe fomentar.

3.- Es un vehículo de reforestación consciente:

Al problema de la contaminación ambiental se suma el de la deforestación que se está produciendo en todo el mundo. Se está perdiendo la gran capacidad que tienen los árboles para reducir los niveles de CO2.

El paisajismo actual debe utilizar sus conocimientos para crear espacios que contribuyan a la reforestación, procurando siempre incluir especies autóctonas y aquellas que protejan al suelo de la erosión y aumenten su fertilidad. Se trata de concebir espacios verdes con inteligencia, de forma estratégica para que no se queden en un mero complemento estético.

4.- Aprovecha la realidad virtual:

El paisajismo actual cuenta con muchas soluciones tecnológicas que contribuyen a que su trabajo sea mejor. Una de ellas es la realidad virtual que permite perfeccionar el diseño de los espacios verdes desde softwares específicos.

Es una forma de probar soluciones y valorar opciones sin correr los riesgos que supondría hacerlo en la vida real. Y sobre todo optimizar los recursos para conseguir el mejor resultado final.