El chocolate, generador de felicidad

Es considerado un alimento, pero el gran cóctel de sustancias..

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El chocolate, generador de felicidad

Es considerado un alimento, pero el gran cóctel de sustancias que contiene el chocolate lo convierte en algo más que un dulce. Sus efectos van más allá de un pico de azúcar en sangre.

Antoni Bulbena es jefe del servicio de psiquiatría del Hospital del Mar de Barcelona y ha realizado investigaciones en el campo de los trastornos de ansiedad. Bulbena conoce al dedillo los efectos en el cerebro de las sustancias que componen el chocolate.

Antoni Bulbena:
Antiguamente, el cacao se tomaba salado y picante. Luego los españoles y los suizos cambiaron el modo de consumirlo agregándole azúcar primero y leche después.

Miriam Peláez:
¿Por qué gusta tanto el chocolate? Hay gente que incluso se declara adicta al chocolate.

AB:
El chocolate es una sustancia que reúne una composición idónea para el gusto del ser humano ya que el 70 por ciento de los seres humanos declara que les gusta. Realmente, no es una sustancia que produzca adicciones patológicas. Lo que sucede es que genera una alta fruición, o sea, ilusión y ganas de consumirlo reiteradamente. Pero nunca produce adicciones de grado patológico.

MP:
¿Qué sustancia del chocolate genera más placer?

AB:
La composición del chocolate es realmente acertada. Es muy conocido el papel de la teobromina, que, etimológicamente, quiere decir “alimento de los dioses”. Ya desde antiguo se conocía la calidad estimulante de este pariente del café. Pero además del azúcar, tiene una feniletilamina que, además de estimulante, tiene ligeros efectos en la percepción al igual que un derivado del cannabis presente en pequeña cantidad en el chocolate. También tiene una composición adecuada de magnesio y de otras sustancias químicas que se sitúan en un límite poco claro entre fármaco y alimento.

MP:
El chocolate… ¡un fármaco!

AB:
Algo que pocas veces consideramos es que los alimentos que consumimos -por supuesto si es una hierba ya se nos ocurre más- tienen efectos psicofarmacológicos. Hay alimentos que pueden inducir a un estado mental especial. No es algo que solamos notar porque en el funcionamiento mental influyen muchas cosas. Pero el chocolate es uno de esos alimentos que puede tener efectos medicinales físicos y mentales. Es algo que está bien estudiado.

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MP:
¿Qué es el “efecto cruasán” que está asociado con el chocolate?

AB:
Cuando a un ser humano se le da a escoger entre una variada gama de alimentos, siempre elige una combinación de grasa y dulce. A esto, los investigadores lo llaman el “efecto cruasán” y es algo que se ha comprobado también en otros animales. Al parecer, es lo que es más atractivo nos resulta tanto a humanos como a animales. Sin embargo, la atracción del chocolate va más allá: en su consumo, intervienen la serotonina y la dopamina que tienen relación con la adicción o con la reiteración de la conducta. Son sustancias que invitan al cerebro a repetir la conducta del consumo del chocolate. Algo semejante, aunque en menor intensidad, sucede con los frutos secos o las aceitunas, por ejemplo.

MP:
¿Tiene efectos positivos el consumo de chocolate?

AB:
Aunque sea difícil de investigar, estamos intentando saber si también tiene un efecto antidepresivo o ansiolítico, o algún efecto psicotrópico. Los resultados provisionales demuestran que tiene un cierto efecto positivo más allá del gusto de la sustancia. Parece ser que el chocolate potencia el bienestar o contribuye a eliminar el malestar; pero estamos todavía al principio de estos estudios. También hemos visto que genera más placer en las mujeres que en los hombres y que no genera el llamado “efecto tolerancia”. Este efecto de algunas drogas genera que, a medida que más se consume, más se necesita para alcanzar el mismo grado de fruición.
MP:
¿Cuáles son las vías neurales tomadas por el chocolate?

AB:
Seguramente actúa a través de las mismas vías bioquímicas y neuroquímicas de las sustancias que usamos hoy día como antidepresivos y como ansiolíticos, es decir, por las vías de la dopamina, de la noradrenalina y de la serotonina, sustancias de las que sabemos que dependen nuestro estado de ánimo. Además, el chocolate tiene un efecto que por una parte puede aliviar un malestar, como hacen muchos fármacos, y probablemente tiene otro efecto que es el de mejorar un estado en principio normal. Este doble efecto, el de aliviar un malestar y el de reforzar o hacer mejor un estado normal son las dos grandes fronteras, los dos grandes objetivos de cualquier psicofármaco.