Alimentos transgénicos: ¿sí o no?

Los alimentos transgénicos, también llamados organismos modificados genéticamente (OMG), se..

Alimentos transgénicos

Alimentos transgénicos: ¿sí o no?

Los alimentos transgénicos, también llamados organismos modificados genéticamente (OMG), se han convertido en protagonistas de un debate que despierta opiniones enfrentadas y, también, bastante confusión entre la opinión pública. 

Por eso, el objetivo de Printmaster no es tanto entrar en la polémica ni posicionarnos a favor o en contra de este tipo de alimentos, sino de aportarte toda la información objetiva e independiente posible para que puedas tener tu propia opinión informada. 

Para ello, conviene que entiendas qué son exactamente, a qué tipo de alimentos pueden aplicarse estas técnicas genéticas y si cambian o no sus propiedades nutricionales respecto a sus homólogos convencionales, entre otras cuestiones importantes. Continúa leyendo este artículo si quieres conocer un poco más sobre los alimentos transgénicos.

¿Qué son exactamente los alimentos transgénicos?

Un alimento transgénico es aquel cuyo material genético ha sido alterado mediante técnicas de ingeniería genética. En concreto, se introduce/elimina/modifica un gen concreto para conferir una característica determinada al alimento como puede ser hacerle más resistente a una plaga o tolerante a un herbicida, darle mayor vida útil, aumentarle algún nutriente… 

Estas alteraciones no se realizan por cruzamiento tradicional sino por métodos de recombinación genética (vectores, biobalística y edición genética). La definición científica y la aproximación técnica están recogidas por organismos internacionales como la OMS y la FAO.

¿Pueden ser transgénicos todo tipo y categorías de alimentos?

En principio, cualquiera de los miembros de los reinos biológicos (plantas, animales y microorganismos) podrían ser objeto de modificación genética. 

Sin embargo, en la práctica ética y comercial, la modificación genética solo se está aplicando a los cultivos y no a tantos como puede parecer. Los alimentos transgénicos que hoy se comercializan no son muchos y se concentran en estos tipos principales: soja, maíz, algodón, canola y algunas frutas y hortalizas concretas. 

Muchas modificaciones aplicadas hasta ahora están orientadas a modificar rasgos agronómicos, por ejemplo, hacer los cultivos más resistentes a insectos o a herbicidas, de ahí que se introduzcan en cultivos de gran extensión que resulten rentables comercialmente.

Por otro lado, existen otras líneas de investigación para dar lugar a las llamadas “segundas generaciones” de alimentos que buscan mejorar la calidad nutricional y la resistencia al estrés ambiental, además de analizar otros usos no alimentarios (biofármacos, biocombustibles…). 

¿Se alteran las propiedades nutricionales originales?

La mayoría de las evaluaciones regulatorias que deben pasar estos alimentos están orientadas precisamente a esto: a saber a ciencia cierta si el alimento modificado es “sustancialmente equivalente” a su contraparte convencional, salvo por la característica deseada que se ha querido modificar genéticamente.

En la mayoría de casos, no se han detectado diferencias nutricionales relevantes, salvo por esa modificación que persigue precisamente alterar el perfil (por ejemplo, arroz o maíz enriquecido en vitaminas). Por eso, la mayoría de informes científicos concluyen que, hasta la fecha y para los cultivos comercializados y evaluados, no hay evidencia de riesgos sanitarios por el consumo siempre que se trate de alimentos transgénicos autorizados. 

Sin embargo, también recomiendan una evaluación continua y una vigilancia  tras la comercialización. Dicho esto, cada modificación debe analizarse individualmente porque una alteración genética puede, teóricamente, cambiar niveles de metabolitos menores que requieran estudio. 

Entonces, ¿a favor o en contra de los alimentos transgénicos?

> Entre las ventajas que más se han popularizado de los alimentos transgénicos destacan: 

    • mayor productividad o estabilidad de cosechas 
    • reducción del uso de ciertos pesticidas (en casos concretos)
    • posibilidad de mejorar el valor nutricional 
    • mayor resistencia a plagas/condiciones climáticas
    • desarrollo de productos funcionales. 

> Y entre las preocupaciones que suelen aparecer en los debates en los que se cuestionan estos alimentos, están:

    • impactos ambientales (transferencia de genes a plantas silvestres, aparición de resistencias en plagas o malas hierbas)
    • concentración de mercado y cuestiones socioeconómicas
    • incertidumbres a largo plazo que requieren vigilancia
    • miedo a lo que “no es natural” (pocas cosas lo son hoy en día)
    • aspectos éticos 
    • necesidad de etiquetado para la total libertad de elección del consumidor

Conclusión

Los alimentos transgénicos no son una categoría en sí misma: incluyen algunos tipos de alimentos como la soja, el arroz o el maíz que se han manipulado genéticamente para mejorar sus rasgos agronómicos y/o desarrollar mejoras nutricionales deliberadas.

La evidencia científica pública no avala riesgos generales de salud para los OGMs autorizados, pero sí plantea cuestiones ambientales, reguladoras y sociales que cada sociedad debe valorar de forma distinta. Conocer el por qué del cambio genético, la naturaleza de la modificación, la evaluación científica que lo respaldó y el marco regulatorio aplicable te permitirá sacar tus propias conclusiones informadas sobre el “sí o no” frente a los transgénicos